Una vez que tengo varias piedras pintadas y las muestro, produce en mi una sensación reconfortante, como de trabajo bien hecho.
Cuando los demás las cogen, sueltan, observan, tocan, miran y admiran, comentan, el sonido que producen cuando se chocan y cuando eligen que piedra quieren.
Aunque a veces no tengo claro si son las personas las que eligen piedra o son las piedras las que deciden con quien se van. :)
Es increíble como hay piedras destinadas a quedarse con alguien concreto.
Estuvo bien el día que las estuve paseando, metidas en una caja de zapatos ultra-mega-fashion que no parecía caja de zapatos, verdad? jajaja! Maremía con los comentarios!
cloc... cloc... cloc... suenan
Siempre me gustaron las libélulas, de colores e inofensivas!
Y conozco quien guarda un grato recuerdo de ellas. :)
Estas flores estaban impresas en la propia piedra, con aplicar el color trabajo realizado!
El oso polar pasó por varias manos y solo se fue con quien eligió.
Acuarela, tinta china y un pincel fino.
Acuarela, tinta china y un pincel fino.
De nuevo más libélulas.
Una selección de nubes, que es otra de mis pasiones.